La concentración de los niños y niñas según su edad

Cuando hanblamos de la concentración en los niños y niñas es un tema de interrogantes en los padres pues muchas veces los padres piensan que sus hijo son hiperactivos, despistados e inatentos… ¡con 3 años! Pero La realidad es que en ocasiones pedimos a nuestros hijos una atención sostenida en el tiempo para la que no están preparados. Y es que la capacidad de concentración no depende de una habilidad especial que tenga los niños y niñas, sino depende de su edad. Es importante conocer el tiempo de concentración de los niños según la edad que tengan.

A medida que el niño crece y evoluciona, aumentan los períodos de atención que, en estas primeras etapas de la infancia se mide en minutos. Así, un niños o una niñas de 1 año tiene un promedio de concentración de 3 a 5 minutos, 2 años de 2 a 4 minutos, a los 3 años podría estar concentrado entre 6 y 15 minutos, uno de 6 años entre 12 y 30 minutos y otro de 10 entre 20 y 50 minutos.

Esto es solo una orientación basada en las capacidades medias de los niños y niñas por edades y que no indica que los niños y niñas no pueda concentrarse durante más tiempo.

Es simplemente una orientación porque el verdadero tiempo lo marca cada niño y lo podremos valorar observándoles en su día a día.

En el Taller de Gepetto trabajamos constantemente desarrollando actividades que ayuden al niño a Impulsar la concentración en los niños y niñas. Así podemos ayudarles a estudiar mejor, haciendo descansos entre una y otra actividad que les permita volver a tomar las fuerzas, energías y concentración necesarias.

La atención en la infancia funciona de la siguiente manera: prima la atención involuntaria, es decir, los niños se concentran mejor y más tiempo en tareas que les resultan divertidas o atractivas, como los juegos; y la atención voluntaria es residual, es decir, les cuesta hacer el esfuerzo de poner atención en aquellas actividades que les parecen monótonas y menos atractivos.

En  cada uno de nuestros programas del Taller de Gepetto los niños y niñas deben participar activamente en el proceso de aprendizaje, liberando su creatividad innata y estimulando sus deseos de aprender a través de la investigación, para potenciar en ellos la capacidad de relacionar sus talentos con la realidad cotidiana y evidenciando su aprendizaje en proyectos prácticos que busquen contribuir al mejoramiento de su entorno.