A partir de los 12 meses de edad a los 24 meses, el juego forma parte de su aprendizaje diario. La capacidad de turnarse con otros niños le hará potenciar el poder interactuar con los otros y sus relaciones sociales. Reconocen el mundo y van adquiriendo control de su cuerpo lo que nos permitirá estimular procesos de adquisición de rutinas y hábitos. Se desarrollan actividades en el que se adquieren la destreza de usar su cuerpo con los músculos grandes y pequeños (motricidad gruesa y motricidad fina). Los niños se muestran curiosos y desean aprender sobre el mundo que los rodea y comprenderlo.